Tras su inhabilitación electoral, el expresidente Evo Morales descartó realizar protestas y anunció la apertura de casas de campaña en todo el país para promover el voto nulo en los comicios generales del 17 de agosto.
En declaraciones realizadas el 26 de julio desde el Trópico de Cochabamba, el exmandatario Evo Morales informó que no liderará movilizaciones ni acciones callejeras en protesta por su inhabilitación como candidato presidencial, decisión adoptada semanas atrás por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). En lugar de ello, convocó a sus seguidores a instalar casas de campaña del MAS-IPSP para impulsar la consigna del voto nulo como expresión de descontento político.
Morales calificó su exclusión como una “decisión política disfrazada de legalidad” y argumentó que el proceso electoral actual carece de legitimidad al haberse vulnerado el derecho a participación política. Reiteró su respaldo a los movimientos sociales del ala radical del MAS y pidió organizarse territorialmente para “vigilar el proceso electoral” e impedir lo que denominó un “fraude institucionalizado”.
El llamado al voto nulo ha generado reacciones divididas. Algunos sectores vinculados al bloque “evista” del MAS lo interpretan como una estrategia de presión simbólica para debilitar la validación del resultado electoral. Por el contrario, otros sectores del mismo partido, alineados con el presidente Luis Arce, consideran que tal iniciativa podría favorecer a las candidaturas opositoras.
Juristas han recordado que el voto nulo tiene carácter simbólico y no incide en la distribución de escaños, pero sí puede ser un indicador del nivel de desaprobación ciudadana hacia el sistema político vigente.
El Órgano Electoral Plurinacional respondió mediante un comunicado que todas las candidaturas fueron habilitadas conforme a la ley y que se garantiza un proceso transparente. Reiteró que la promoción del voto nulo es legal siempre que no se incurra en actos de coacción ni violencia.
La posición de Morales apunta a reorganizar su base electoral de cara a los próximos procesos subnacionales de 2026 y conservar su influencia como referente del movimiento campesino, especialmente en regiones como Cochabamba, Potosí y El Alto.
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