En una jornada de alta volatilidad, Estados Unidos y China se enfrascaron en Londres en negociaciones para salvar el suministro de minerales críticos; la Marina israelí interceptó la embarcación humanitaria Madleen con Greta Thunberg a bordo rumbo a Gaza; y Japón denunció el paso sin precedentes de un portaaviones chino al este de Iwo Jima.
El lunes 9 de junio, en Lancaster House, la delegación estadounidense —liderada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y la representante comercial, Jamieson Greer— se reunió con el viceprimer ministro chino He Lifeng para reanudar los compromisos del Mecanismo de Consulta Económica y Comercial firmados en Ginebra el 12 de mayo. El principal punto de fricción ha sido la suspensión de licencias de exportación de tierras raras y otros minerales estratégicos, esenciales para la fabricación de automóviles eléctricos, baterías, semiconductores y sistemas de defensa.
Washington denunció que la falta de suministro provocó en mayo una caída del 34,5 % en las exportaciones chinas de estos insumos hacia EE. UU., y cosechó comentarios alarmistas de la industria automotriz europea, donde altos ejecutivos admiten un “pánico total” por el desabastecimiento En respuesta, China argumentó que las demoras obedecen a exhaustivos controles de calidad y seguridad nacional. Sin embargo, según fuentes oficiales, ambas partes acordaron una hoja de ruta para reanudar gradualmente los flujos, con auditorías mutuas trimestrales para verificar el cumplimiento.
Analistas coinciden en que la resolución de este escollo puntual no solo aliviaría las cadenas de valor de alta tecnología, sino que también sentaría un precedente para dirimir futuras diferencias sobre subsidios industriales y transferencias tecnológicas entre las dos mayores economías del mundo .
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