El liberal Lee Jae myung juró hoy el cargo de presidente de la República de Corea en la Rotonda de la Asamblea Nacional, tras imponerse en la elección extraordinaria del 3 de junio convocada luego de la destitución del anterior mandatario. En su mensaje inaugural subrayó tres ejes: reactivar las conversaciones con Corea del Norte, fortalecer la cooperación trilateral con Estados Unidos y Japón, y coordinar un plan de emergencia para reanimar la economía nacional.
Ante legisladores, representantes diplomáticos y delegaciones extranjeras, Lee sostuvo que la democracia surcoreana “llegó a un punto cercano a la quiebra” y que su administración trabajará para “curar las heridas” políticas derivadas de la reciente crisis institucional. El nuevo mandatario afirmó que mantendrá una disuasión “sólida” basada en la alianza con Washington, pero al mismo tiempo buscará “una paz sostenible” mediante contactos intercoreanos y la reanudación de proyectos humanitarios y de seguridad.
Respecto de la agenda interna, anunció la creación de un grupo de trabajo económico con facultades de emergencia para enfrentar la desaceleración del crecimiento, contener los precios de la energía y revisar la política industrial frente a las tensiones comerciales con Estados Unidos y China. Entre las primeras nominaciones de su gabinete figura el exministro de Unificación Lee Jong-seok como director del Servicio Nacional de Inteligencia, señal interpretada por los analistas como un giro hacia una diplomacia más dialogante con Pyongyang.
Lee, de 60 años, llegó a la presidencia tras derrotar al candidato del Partido del Poder Popular, Kim Moon soo, en unos comicios marcados por una alta participación y por la demanda ciudadana de estabilidad tras la imposición fallida de la ley marcial por parte del gobierno anterior. Observadores internacionales destacaron la rapidez con que se completó la transición, sin periodo de interregno, y la inmediata entrada en funciones del nuevo Ejecutivo.
La comunidad internacional reaccionó con mensajes de respaldo. La Casa Blanca celebró la “continuidad del compromiso de Seúl con la democracia y la alianza estratégica”, mientras Tokio expresó su deseo de profundizar la coordinación trilateral sobre seguridad y cadenas de suministro. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino enfatizó la importancia de “relaciones constructivas” para la estabilidad regional.
El quinquenio de Lee Jae-myung se inicia con desafíos económicos y una sociedad polarizada, pero su discurso apuntó a la conciliación: “Gobernaré para quienes me apoyaron y para quienes me cuestionan; la prioridad es reconstruir la confianza en las instituciones y asegurar un futuro de prosperidad y paz para todos los coreanos”.
Créditos / Fuente
AP, Reuters, Al Jazeera, Euronews, 4 de junio de 2025.