La Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) emitió hoy una resolución histórica en la que cataloga de “enemigo de la democracia” al expresidente Evo Morales, responsabilizándolo de la crisis política y social.
En su asamblea extraordinaria, Fencomin aprobó por unanimidad la resolución que acusa a Morales de “incitar la violencia y atentar contra el Estado de Derecho” al promover los bloqueos que ya suman más de diez días. El documento califica sus acciones de “golpistas” y demanda al presidente Arce “restablecer la normalidad” con medidas contundentes contra los organizadores de las protestas.
Los cooperativistas, históricamente alineados con el MAS, argumentan que la prolongación de los cortes de ruta ha causado pérdidas superiores a los 200 millones de dólares para el sector minero, al retrasar el envío de insumos y exportaciones. Además, advierten que el bloqueo de acceso al corredor bioceánico compromete la competitividad boliviana ante mercados internacionales.
Esta posición marca un quiebre en el tradicional respaldo de los mineros a Morales, y refuerza la tesis de que el conflicto ha trascendido lo electoral para convertirse en una disputa por la supervivencia económica de diversas industrias. La resolución de Fencomin anuncia también la movilización de brigadas de socios para apoyar a la Policía en el despeje de vías, un gesto inédito en la historia sindical boliviana.
La reacción del entorno de Morales no tardó: calificaron la declaración de “traición” y anunciaron acciones legales contra Fencomin por “intromisión política”. Analistas consultados señalan que este distanciamiento podría erosionar aún más la base social del expresidente, debilitando sus opciones de regresar al poder mediante vías institucionales o no.
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